El de las finanzas es un mundo realmente complejo. Solamente cuando nos
vemos inmersos en un proceso financiero que nos afecta personalmente, llegamos
a captar una parte de su funcionamiento. Conocer sus mecanismos nos ayuda a
usarlos con provecho y a hacerlo con el mínimo riesgo.
En primer lugar, hay que diferenciar entre un crédito y un préstamo. En el
crédito no se da el dinero, sino que se pone a disposición del cliente para que
lo use en caso de que lo necesite. Un obvio ejemplo son las tarjetas de crédito
(VISA, Master Card, etc.). El préstamo, en cambio, es una operación en la que
alguien, normalmente un banco, da una cantidad de dinero a una persona o a una
empresa bajo el compromiso de devolverlo en un plazo de tiempo previamente
convenido, además de unos honorarios o intereses, que consiste en un porcentaje
del dinero prestado. A pesar de sus diferencias, tanto las entidades
financieras como los particulares utilizan ambos términos indistintamente para
referirse a lo que estrictamente son préstamos.
A continuación, vamos a ofrecer un breve panorama de los distintos
préstamos que hoy se pueden encontrar en el mercado que van desde los préstamos
personales, pasando por los hipotecarios, hasta los llamados créditos online de
los que puedes obtener más información aquí en cashperplus.es.
Los préstamos personales
Son préstamos que se dan a personas para cubrir necesidades diversas como
comprar un coche, amueblar la casa o hacer frente a un problema de salud (normalmente
dental pues en España estos gastos no los cubre la seguridad social). También
se piden para costear actividades menos “necesarias” como hacer un viaje
turístico. Las cantidades varían mucho, desde 5000 euros hasta 50000 o más, al
igual que los plazos de devolución que pueden ser de un año a diez. El interés
de este tipo de créditos ronda el 10%, y la garantía que piden las entidades de
crédito es tener una nómina, o bienes, como la vivienda en caso de ser
propietario de una.
Préstamos hipotecarios
El préstamo hipotecario es uno de los más comunes. Se concede a quien
quiere adquirir una casa o un piso en propiedad. Aquí la principal garantía es
la propia casa con la que se financia la compra. Como normalmente las sumas son
muy altas (100 000 euros en adelante), los plazos de amortización (el tiempo en
que se ha de devolver el préstamo) van desde los 15 hasta los 40 años, aunque
hay casos en que se conceden hipotecas a plazos aun más largos.
La diferencia más sustancial suele radicar en el tipo de interés: Hay
hipotecas de tipo fijo, en el que desde el principio se establece un porcentaje
que no cambia mientras dure el préstamo, e hipotecas de tipo variable en el que
el interés se revisa cada seis meses o un año dependiendo de índices de
referencia previamente estipulados en el contrato (el Euribor en España). En
las hipotecas fijas, el cliente sabe desde el principio cuanto habrá que pagar
por el préstamo y los plazos de amortización suelen ser relativamente cortos,
no más de 20 años. En el caso de las hipotecas variables, los que las firman se
benefician de tipos iniciales más bajos y plazos de devolución más largos.
Préstamos al consumo
Este tipo de préstamo se diferencia del préstamo personal en que las
entidades que los promueven suelen ser grandes almacenes que, a través de
financieras dependientes del propio comercio, facilitan el consumo de productos
en su establecimiento. En España es muy conocido el caso de El Corte Inglés,
que incluye la compra a plazos como una de sus señas de identidad corporativa.
Esta clase de préstamos son, en realidad, lo que arriba definimos como
créditos.
Prestamos P2P o crowlending
Esta es una nueva modalidad de préstamos en donde una empresa o asociación
opera como mediador entre personas particulares: las que necesitan los
préstamos y las que buscan una inversión rentable para su dinero. Estas
plataformas han añadido flexibilidad a un mercado muy rígido como consecuencia
de las turbulencias económicas recientes. Las condiciones de los préstamos son
muy variables pues depende de la tipología precisa de los actores implicados en
cada operación.
Minicréditos o créditos rápidos
Este es otro de los nuevos tipos de préstamos que han crecido en los
últimos tiempos. Son créditos en los que entidades, que operan en Internet,
prestan cantidades muy pequeñas, desde 50 hasta 1000 euros, con plazos de
devolución que no superan los 30 días. En minutos se puede tener el dinero en
la cuenta sin moverse de casa. Se piden muy pocos requisitos: ser mayor de 21
años, un DNI, las dos o tres últimas nóminas y un teléfono móvil. Al ser
cantidades pequeñas las que se negocian en estas operaciones, el precio es
también reducido, aunque los intereses son más altos que en los otros tipos de
préstamos. Es el crédito idóneo para enfrentarse a emergencias, como pequeñas
reparaciones o accidentes domésticos, que vienen en momentos de poca liquidez.
Se recomienda que el solicitante tenga muy claro si en el breve periodo de
vencimiento del crédito dispondrá del dinero para devolver el crédito.
En conclusión, este es un breve panorama de los diferentes servicios
disponibles para quien necesite dinero. Hay ofertas para todo tipo de personas
y todo tipo necesidades. También se puede consultar en webs como cashperplus.es
para obtener una información más detallada.
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