Adoptan varios nombres y formas, pero todos vienen a
pertenecer a una misma familia de productos. Depósitos estructurados, Bonos estructurados, depósitos
referenciados o Notas estructuradas. Es la generación de productos resultado de
las finanzas de diseño pensada para ahorradores e inversores minoristas.
Ante la baja rentabilidad de los depósitos y la falta de
alternativas de inversión, los productos
estructurados se posicionan como el último reducto donde colocar el dinero
a cambio de una buena contraprestación.
No son ninguna novedad. Llevan muchos años comercializándose
en las redes bancarias. En cierta época eran productos exclusivos para grandes
patrimonios y rentas altas. A veces productos a medida a capricho de
determinados patrimonios. Una forma de dar valor añadido dentro de un servicio
de banca personal o banca
privada.
Pero en el cenit del último mercado alcista, también se
distribuyeron a público generalista desde pequeñas cantidades de inversión. Sin
embargo entonces hubo grandes defectos de comercialización. Ocultándose características
y riesgos, atrapando a muchos ahorradores que creían tener un plazo fijo
altamente remunerado.
Ahora de nuevo, los depósitos
estructurados vuelven a ser el producto codiciado por los grandes ahorradores
como vía para rentabilizar su dinero. Esta vez con estrictos procesos de
comercialización. Veamos que son exactamente y algunos ejemplos de los que
actualmente hay en comercialización.
Casi nadie sabe lo que contrata realmente cuando coloca su
dinero en un Bono estructurado o un
depósito referenciado. Si el banco contase realmente como se fabrica una
estructura, seguramente, muchos de los que tienen su dinero invertido en depósitos estructurados se lo hubiesen
pensando más de una vez.
Pero son un gran negocio. Los departamentos de tesorería rebuscan
en los mercados y se estrujan los sesos buscando atractivas formas presentación
de potenciales de rentabilidad para el cliente. Un cliente que queda satisfecho,
pensando que tiene algo exclusivo, más rentable y superior al del resto de
ahorradores. Mientras que el banco engrosa sus márgenes financieros pase lo que
pase con la inversión del cliente.
Dentro de la gama de productos
estructurados, existen varios tipos. Los llamados Bonos o Notas estructuradas, con o sin garantía de capital y
los depósitos referenciados.
El primer tipo de estructurado, son productos financieros que
tienen una duración máxima determinada. Que pueden cancelarse anticipadamente o
no y que tienen una rentabilidad potencial conocida de antemano que suele
vincularse total o parcialmente a la evolución de un activo que subyace a la
estructura.
En todos los casos, si inviertes en un bono estructurado o una nota estructurada, compras un pack que se
compone de un activo de renta fija y un instrumento derivado. Pueden ser
futuros, opciones o derivados roll over.
Con el activo de renta fija y mantenido hasta su vencimiento,
se garantiza bien la devolución del 100% del capital y en su caso el pago de
una serie de cupones. Y con el derivado, se cubre la apuesta de obtener una
rentabilidad adicional en función de la evolución del activo subyacente al que
se vincula. Ya sabes, índices, acciones, tipos de cambio, lo que sea.
A veces sin embargo, también se puede perder algo de dinero.
Y aquí también hay varias tipologías. Los que tienen una barrera de protección
o colchón de pérdidas y los que convierten la inversión inicial en posiciones
del activo con peor comportamiento al que estaban vinculadas.
Es decir, que si a la fecha de liquidación el producto no ha
cumplido, puedes llegar a perder dinero de todo o parte de la inversión, si la
referencia ha caído más de un 10%, un 20%, 25% o 30%. Y en otros casos te
entregan a valor de mercado las acciones a las que estaban referenciadas.
Luego que te quede muy claro que con un depósito estructurado se puede perder dinero, si no se trata de uno
garantizado. Por eso mucha gente lo que no sabe es que se trata de productos
considerados complejos por la normativa MiFID.
También es interesante que sepas, que estos productos estructurados, pueden negociarse
en un mercado secundario o mercado interno del banco. Es decir que puedes
hacer líquida tu inversión si llegado el caso te hace falta el dinero. Eso sí,
su valor dependerá de muchos factores como el cualquier activo de renta fija.
El tipo de interés, las comisiones, el tiempo que resta a vencimiento y en
menor medida aunque no necesariamente, la evolución del activo subyacente.
Si te abren una cuenta de renta fija o activos financieros en
tu banco cuando contratas tu Bono o Nota estructurada, es que tu estructurado
es negociable. Tenlo muy en cuenta.
Por último dentro de la familia de depósitos estructurados,
tenemos a los depósitos referenciados o
Market Linked Deposits (MLDs). Que tienen una construcción similar a la de
los otros estructurados, sustituyendo los activos de renta fija por un plazo
fijo con el que garantizan el capital y a veces una pequeña rentabilidad. Y con
el derivado, tratan de proporcionar la rentabilidad con la que superar al
depósito tradicional si cumplan la condición.
Es difícil recopilar todos los estructurados que hay en el
mercado y las ofertas de depósitos estructurados que se
comercializan en estos momentos, porque a veces las emisiones se cubren muy
rápido (especialmente ahora ante la falta de alternativas) y cambian
constantemente.
Pero por ejemplo, puedo dejarte como muestra las condiciones de
dos productos estructurados que existen
actualmente.
Las condiciones que ves a continuación, pertenecen a la Nota estructurada Cupón Memoria Ibex Select
de Banco Santander. Duración de tres años, con cupón fijo del 0,50% y
variable condicionado del 3,15% con efecto memoria, si las referencias Inditex,
Repsol y BBVA superan la referencia inicial. Riesgo de pérdida a partir del 95%
de la peor acción. Contratable desde 10.000€.
Y estas otras son de Bankinter, del Bono Estructurado Enagás 85-15
III. Máximo 5 años. Cupón fijo anual del 3% sobre el 85% de la inversión. Cupón
condicionado a Enagás con efecto memoria del 4% y auto cancelable. Riesgo de
pérdida en el último año a partir del 25% de caída. Contratable desde 50.000€.
En resumen los depósitos
estructurados no son ni buenos ni malos. En todo caso hay una mala
comercialización. Lo que hay que saber es donde se está colocando el dinero y
comprender cuál es su funcionamiento y los riesgos asociados. Aclarado esto,
son un muy buen complemento para diversificar y rentabilizar un patrimonio.
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Muy buena definición del bono estructurado. Muy atractivo para invertir.
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