Las
posibilidades más comunes de realizar los pagos
de facturas a proveedores de una empresa son el pago en efectivo con
cheques o transferencias bancarias e incluso anticipar pagos si se dispone de tesorería
suficiente, utilizar pagarés bancarios domiciliados, contratar un confirming
con una entidad financiera o realizar pagos fraccionados que se hayan
contratado al inicio de una prestación de servicios.
La mejor
forma de pagar a los proveedores sufrió importantes cambios a raíz de las
crisis económica más reciente. El pronto pago de facturas dejó de ser la forma
de pago preferente y se sustituyó de forma predominante el confirming,
en favor del pagaré bancario domiciliado.
Ningún
instrumento de pago es perfecto ni sirve a la empresa de igual forma en
cualquier momento u operación. Se debe elegir bien la mejor forma de pago y
gestionar los pagos según la situación de tesorería que tenga la empresa en
cada momento.
Hoy sigue
siendo necesario que el dinero en efectivo que mantienen las empresas se
reduzca al mínimo imprescindible, porque el capital de trabajo tiene un coste y
siempre se debe evitar mantenerlo ocioso, sin rentabilizar.
Las
empresas pueden implementar sistemas o herramientas digitales que ayuden a
optimizar la gestión de los pagos y cobros, como por ejemplo realizar los pagos
mediante transferencias electrónicas o el SCF o Supply Chain Finance,
una plataforma de pagos digital en la que una empresa puede gestionar acuerdos de descuento de facturas con sus
proveedores y realizar los pagos anticipados. En España el SCF y la
tesorería digital se unen en la herramienta
llamada BilliB, que utiliza dinero electrónico para realizar los pagos. Con
ella, las empresas compradoras pueden extraer rentabilidad de sus facturas a
pagar.
Por otra
parte, la gestión de los flujos de dinero en la cadena de suministro no es un
tema menor ni mucho menos, pues asegura su estabilidad en beneficio tanto de
las empresas compradoras como de las proveedoras. El SCF ayuda a optimizar esa
corriente de efectivo que recorre la cadena de suministro.
El SCF aún
es un instrumento financiero poco conocido para los directores financieros de
las empresas, si bien ya son muchas las empresas que están apostando por
introducir este sistema de pagos sin riesgo.
Es un
recurso innovador que tiene muchos beneficios para las dos partes, pues otorga
a las empresas compradoras alta rentabilidad, al gestionar de forma eficiente
la reducción del plazo de pago de las facturas, y un control mayor de la
tesorería con los pagos electrónicos, que además de gratuitos son inmediatos y
transparentes. Y al mismo tiempo, el SCF proporciona a los proveedores una gran
seguridad y oportunidad en el cobro de
las facturas.
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