Las compañías de minicréditos
o dinero al instante están de moda. O eso parece a la vista del volumen de
préstamos rápidos que se concede cada año.
Y es que las empresas de mini
créditos forman parte de ese ecosistema de nuevos competidores de la banca
tradicional, que han irrumpido gracias a internet y las nuevas tecnologías,
invadiendo parte de los servicios tradicionales de la banca.
¿Por qué este espectacular crecimiento de la industria de minicréditos? En contra de lo que se
pueda pensar, la crisis y las necesidades económicas, no son el desencadenante
de muchas de las solicitudes de estos pequeños préstamos online.
Las razones se deben fundamentalmente a un cambio en la forma
de consumo de servicios financieros por parte de los usuarios, el impacto del
uso masivo de los dispositivos móviles y una nueva generación de nativos
digitales, que demanda nuevas formas de transacción con las entidades
financieras. ¿Qué puede aprender la banca de todo esto? ¿Qué impacto puede tener a medio plazo estos
nuevos competidores en sector?
La banca tradicional teme los cambios que pueden producirse
en su negocio y en el modelo de relación con los clientes con el avance de la
tecnología y el internet de las cosas.
Las fintech dan
mucho miedo al sector financiero. Lo desconocido e incierto asusta. Y eso es lo
que le está pasando a los bancos. Que no saben cómo adaptarse a los cambios que
vienen.
Lo primero que deberían aprender de transformación que
llegará y que ya se está produciendo, es que los clientes demandan nuevos
canales de relación y transacción con sus proveedores financieros. Algo en lo
que las compañías de minicréditos
sacan ventaja a la banca de siempre, porque han nacido en ese contexto digital.
La segunda variable clave del éxito de las compañías de dinero al instante, es que están abiertas para el
usuario 24 horas al día, 365 días al año. Y son accesibles desde cualquier
sitio con el móvil o dispositivo inteligente.
Ya sea que estés esperando en la parada del autobús, desplazándote
en el metro o aprovechando un rato libre mientras esperas a un amigo, puedes contratar
un préstamo rápido sin papeleo en
unos pocos minutos desde tu móvil.
Y es algo que se adapta muy bien al estilo de vida de las
nuevas generaciones. Ahora que por ejemplo viene la época de festivales de
música, muchos jóvenes utilizan compañías como MoneyMan para solicitar un mincrédito y salir
del apuro consiguiendo lo que quieren sin dar explicaciones.
Simulador, plazo, importes, cuotas y en poco tiempo en la
cuenta. Eso es lo que se valora en un mundo tan vertiginoso en el que nos
movemos y al que avanzamos con el internet de las cosas.
Y lo peor de todo es que la banca tradicional se mueve muy
despacio, al no saber interpretar correctamente la tendencia que pide el nuevo
cliente bancario del próximo lustro.
Eso coloca a las entidades financieras en un punto muy
vulnerable, pues en un momento en el que los márgenes del negocio core de la banca están en mínimos con
márgenes tremendamente estrechos, obliga a actuar rápidamente ante estas nuevas
empresas.
Algunos bancos han comenzado su cruzada contra sus competidores
fintech o las nuevas empresas de dinero rápido tratando de
desprestigiarles. Otros sin embargo han optado por tratar de copiarles el
modelo e incorporarlo en su estructura.
Al fin y al cabo no hay mucho valor añadido en el producto
financiero ni elemento diferenciador. En todo caso la clave es el proceso. Por
eso es tan fácil que un banco saque una idea o producto y al poco tiempo los
demás le hayan copiado.
Hay un dicho popular que afirma que sin o puedes con tu
enemigo, únete a él. Y esa es la tercera vía que han buscado algunos bancos,
para solventar de forma rápida nuevas competencias como las de los minicréditos.
Personalmente creo que la clave está en alianzas estratégicas
con estas nuevas pequeñas empresas financieras, que explotan de manera especializada
una parte del universo bancario. Como está ocurriendo con los medios de pago
virtuales, envíos de dinero o los robo advisors.
La lección es sencilla. El cliente pide que se le pongan
fácil las cosas, que la comunicación se haga por el canal y en el momento en
que a él le venga bien y que sea lo más rápido y sencillo posible. No tiene más
vuelta de hoja. Y este sin duda está siendo el gran acierto de las compañías de
minicréditos, entre otros ejemplos.
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ResponderEliminarSaludos
Totalmente de acuerdo. Aqui no estoy evaluando tanto el atractivo o idoneidad de los minicréditos, si no la forma en la que son capaces de prestar sus servicios por haberse sabido adaptar y entener lo que pide el nuevo cliente tecnológico.
EliminarY eso es lo que podría aprender la banca tradicional de este tipo de compañías que invaden parte de su actividad. Si fuesen capces de crear un sistema igual de agil y sencillo, seguramente venderían mas préstamos personales.
Un saludo.
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