Tan cierto es que la renta variable es el activo históricamente
más rentable, como que no hay ningún sistema de inversión conocido que sea infalible
y consistente a largo plazo.
De modo que sí, la inversión
en bolsa puede ser muy rentable, pero en realidad nadie tiene ni idea de cómo
hacerlo mejor que el mercado. Esa es la primera verdad del mundo de la
inversión, que nadie se atreverá a reconocer. Puede que sea la más cruda, pero
tampoco es la única.
Es posible que te estés preguntando que si a largo plazo,
nadie puede batir al mercado y aun así esto sería una inversión más rentable en
comparación con otros activos ¿Por qué no hacer una inversión pasiva sobre
índices con los mínimos costes posibles?
Bueno, eso sería una opción de inversión en bolsa, que además no requeriría muchos conocimientos
ni supondría un coste de gestión elevado. Pero hay otras más rentables. Aunque
estas sólo están al alcance de los intermediarios financieros y analistas de
bolsa. Se trata de ganar dinero haciendo creer a los inversores que se puede
batir al mercado con sus servicios o con sus métodos.
Da igual si los clientes de estos intermediarios ganan o
pierden. Lo que importa es que sigan pensando que pueden hacerlo mejor. Mientras
tanto, ellos se embolsan inmensas cantidades de dinero procedentes de
comisiones de intermediación, gestión, depósito, formación o asesoramiento. ¿Quieres
saber más?
Aunque cueste creerlo, los negocios más rentables en torno a
la inversión en bolsa, son precisamente
los que no tienen nada que ver con comprar acciones directamente.
Luego hay otra parte de la industria de gestión de activos,
que sí que trata de ganar dinero con los mercados. Y para ello usa sofisticados
sistemas, modelos económicos, técnicas cuantitativas y gran cantidad de
recursos humanos y tecnológicos. Se trata de la banca de inversión.
Pero ellos también se equivocan, porque están sometidos a las
mismas fuerzas incontrolables que suponen la inversión en incertidumbre. Al fin
y al cabo, son personas y máquinas las que están detrás de las órdenes de
comprar o vender.
Puede que nazcan nuevos instrumentos financieros, que cambien
de nombre o que tomen formas diferentes (en realidad está todo prácticamente
inventado), pero a no ser de que se hagan trampas, nadie ni nada puede saber qué
pasará en el futuro. Es lo que tiene invertir dinero en un mundo aleatorio.
Por eso de vez en cuando desaparecen gigantes como Lehman
Brothers o Barings Bank,
por poner unos conocidos ejemplos. Porque detrás hay personas que comenten
errores.
La única diferencia entre ellos y tú, es que posiblemente
ellos han estudiado en reputadas universidades y tienen colgados en la pared de
sus despachos, las más prestigiosas acreditaciones profesionales y los títulos académicos más importantes. Y eso les da una ventaja.
Les permite elaborar una ininteligible explicación a
posteriori, basada en sus conocimientos, para justificar los errores que
comenten. Con lo que consiguen engañar a sus clientes y probablemente a sí
mismos.
Pero el mayor de los secretos que nadie te ha contado sobre la
inversión en bolsa, es que así como
el principiante sólo se fija en lo que puede ganar y desprecia las posibilidades
de perder dinero, los profesionales también miden mal el riesgo.
La mayoría de bancos de inversión, analistas financieros y
gestores de patrimonio utiliza modelos de gestión de riesgos irreales e
incompletos.
Se basan en datos pasados para formar sus expectativas de
futuro y hacer sus estimaciones de error. Pero la vida real es a veces
sorprendente y nada se parece con cualquier cosa que pueda haber pasado a lo
largo de una serie temporal de datos recogida durante de muchos años. Es lo que
se conoce como el error de cola larga o también los llamados cisnes negros.
Aquellos sucesos poco probables, aunque posibles, que en caso
de ocurrir tienen un impacto devastador.
En resumidas cuentas, todos aquellos que puedas consideras más
listos o mejor preparados que tú para invertir en bolsa, a la larga rara vez
terminan siendo mejor que el mercado.
Lo que me lleva a recordar que muchas ocasiones, esos que sobresalen
por error, lo hacen por azar. O bien aciertan equivocadamente o se equivocan acertadamente.
Y eso les hace destacar durante un tiempo. Pero de ahí la importancia de
estudiar el track record de un
inversor.
¿Quiere decir todo esto
que no merece la pena invertir en bolsa? Ni mucho menos. Sólo quiero que reflexiones. Y que
quienes se hacen ricos en bolsa no siempre lo hacen por sus buenas inversiones.
Que sepas cuanto se puede ganar en bolsa de forma razonable. Y que cuando consigas ganar más
dinero por encima de la media, coge el dinero y vete.
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