
Y es que lo triste es que los bancos tratan mejor al nuevo
cliente que trae su nómina de fuera, que al que lleva años con ella
domiciliada.
A veces la costumbre, otras la confianza con un empleado, un
motivo sentimental, la incomodidad de tener que cambiar todos los recibos
domiciliados, pensar que se van a enfadar en tu banco por cambiar tu nómina o
simplemente por pereza o dejadez, son las principales excusas que hacen que la
gente en general no se anime a cambiar
la nómina de banco.
Según el spot publicitario de ING, sólo 2 personas de cada
100, se plantean cambiar la nómina de
banco. Sin embargo un estudio
de la fidelidad del consumidor realizado por Nielsen a finales de 2013,
revelaba que el 42% de los clientes bancarios en España estaba dispuesto a cambiar de banco si podía conseguir con
ello mejores condiciones.
Además de lo demonizada que está la banca en los últimos
tiempos, lo cierto es que no tienen muy contento al cliente y mucho menos, le
tienen fidelizado. Peros in embargo siguen centrando sus esfuerzos en captar
clientes de la competencia en lugar de cuidar a los que tienen en “casa”. Visto
así ¿merece la pena cambiar la nómina de
banco? Te cuento las ventajas que puedes conseguir.
Se podría decir que son los propios bancos y sus campañas
publicitarias tan agresivas, los que nos han enseñado a ser así y a tener esa
predisposición a marcharnos allí donde mejor precio nos den.
Pero especialmente ha sido la convulsa situación de
reorganización de la banca, que hemos vivido estos años de crisis, la que ha
hecho que se desarrolle una batalla brutal por captar al cliente.
Y es que todas esas entidades zombis y todos esos bancos
desmembrados, han dejado un hueco en el mercado que todos han querido ocupar. Por
eso hemos vivido quizá una de las épocas más competitivas a nivel de guerra de
condiciones para atraer clientes de fuera.
Grandes esfuerzos de marketing, un mercado huérfano por los
clientes de todas esas oficinas que han ido cerrando y en un contexto de
comisiones bancarias al alza. Eso ha hecho posible que se hayan visto como se
regalaban televisores de 32 pulgadas, ordenadores e incluso se ha llegado a
pagar dinero. Recuerdo aquella campaña de Uno-e que daba el 20% de la primera
nómina ingresada.
Pero esa tendencia de dar jugosos regalos por domiciliar la
nómina está remitiendo ¿Por qué? ¿Qué se puede conseguir por cambiar la nómina de banco?
Como digo antes había un motivo por el que poner encima de la
mesa una buena oferta para captar esos clientes perdidos. Pero ahora que las cosas
van volviendo a su sitio, los bancos aun regalan cosas por domiciliar la
nómina, pero ya no lo hacen como antes.
Las nóminas para los bancos son una importante fuente
recurrente de liquidez que entra en las cuentas de los clientes todos los
meses. Genera rentabilidad por el remanso de saldos que quedan en las cuentas a
interés cero y fidelizan al cliente que tiene toda su “vida” domiciliada en esa
cuenta.
Pero ahora la tendencia para atraer esa nómina está
cambiando. Aun se pueden conseguir buenos regalos
por la nómina como en las campañas de La Caixa o Kutxabank e incluso
todavía hay entidades que devuelven dinero por domiciliar los recibos como Banco
Sabadell o iSantander.
Pero la ventaja fundamental que se está imponiendo en el
mercado es conseguir que no te cobren comisiones bancarias por los servicios
corrientes. Así de sencillo. De hecho, han subido tanto las comisiones algunos
bancos, que el coste de quedar exento suponen más de 200€ al año.
Otras entidades como Banco Santander está imponiendo la moda
de los descuentos. Es decir que lo que puedes conseguir al cambiar la nómina de banco, es que en una serie de empresas adheridas
puedas comprar en condiciones preferentes.
Bancos como Bankinter optan por retribuir la cuenta a la
vista donde se domicilia la nómina en condiciones especiales y todavía
Openbank, se atreve a pagar dinero por domiciliar la nómina en su nueva campaña
(Hasta 80€ con permanencia de 24 meses)
En general las ventajas
por cambiar la domiciliación de la nómina de banco, se pueden resumir en,
regalos (pero de menor valor), devolución de un porcentaje de los recibos,
descuentos, mejores intereses o retribución para los ahorros o simplemente no
pagar comisiones. ¿Te animas a cambiar de banco?
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