Pues bien llegados a este punto de
la película y tras 5 años de tortuosa andadura por el desierto hemos puesto
todo nuestro empeño y afán en un
novedoso proyecto como es la candidatura, ya frustrada, de celebración de unos juegos
olímpicos.
Haber sufrido una enorme burbuja
inmobiliaria y estar inmersos en un soberano problema de deuda pública, no ha
sido aprendizaje suficiente para desarrollar nuevos proyectos, con nuevos
bríos, y nuevos planteamientos de más de
lo mismo.
El hombre es el único ser vivo que
tropieza dos veces en la misma piedra (o en el mismo ladrillo en el caso
español), el político será capaz de hacerlo infinitas veces con tal de sacar
una buena foto.
Independientemente del anecdótico relaxing café con leche, no deja de ser
sorprendente que un país con los recursos escasos más escasos que nunca, se
plantee realizar proyectos como el que nos ocupa de escaso recorrido, altura y
miras.
Lo que proponemos al mundo para
salvar la imagen de un país más deteriorada que nunca, pero menos en ciertos
aspectos de lo que pensamos, es invertir una barbaridad de dinero (1800
millones "de inicio....") en pabellones de esgrima, natación o
bádminton, para demostrar que somos capaces de organizar una fiesta. La
inversión que es mínima porque está todo hecho, retornará en 2 semanas en
prosperidad y abundancia para un país depauperado y endeudado por haber
construido sin fondos más de lo debido.
Creo que no veo nada nuevo. Es
cierto que la imagen del país está debilitada pero si algo sabe un bróker de
Londres o un turista de Francia es que somos más que capaces de organizar una
fiesta, evento o como quieran llamarlo, probablemente los mejores.
También saben que somos capaces de
construir muchas cosas inútiles. No tienen claro eso sí, que seamos capaces de
lograr hacer algo productivo. Me temo que esta tarea mucho más laboriosa, es la
que debemos acometer.
Asusta pensar que seguimos anclados
en el pasado y en el modelo insostenible que nos reventó en plena cara
sonriente mientras disfrutamos del bon
vivant del gasto. Partiendo de la premisa de que el dinero es escaso, este,
ahora y siempre, ha de ser destinado a los proyectos que más puedan generar y
más valor añadido aporten a nuestro país. Generación, esa es la palabra.
Generación implica que aquel euro que invierta tendrá un retorno multiplicado
en x veces que permitirán invertir en otros proyectos con también generación.
Existen múltiples opciones para la
inversión de este dinero que nos harían más eficientes o más productivos o nos
colocarían en la vanguardia tecnológica de un nicho de mercado, pero hemos
decidido hacer pabellones de karate. ¿Porque esta decisión? Simple, hay una
foto. A mis votantes les gusta (luego se quejaran del paro o de los impuestos)
manejaré presupuesto, lo repartiré a mi antojo, colocaré a mis amigos y morderé
una suculenta comisión para mi partido a costa de un contribuyente encantado
con 20 medallas.
Introduciremos un nuevo concepto
para el exasperado contribuyente español, dado que el ánimo no es sino incluir
soluciones a partir de críticas fundadas.
El incentivo fiscal. No muy utilizado en nuestro país
dado que no permite sacarse fotos, los retornos son de medio plazo, no manejo
presupuesto, no coloco a mis amigos y no permite mordidas dado que no reparto
el bacalao.
Hete aquí que este incentivo fiscal, no cuesta dinero sino
que es un coste de oportunidad dado que dejo de ingresar y ¡O Dios Mío! es para
todos igual. Supongo que es demasiado pensar que podamos hacer esto en determinados
sectores de interés estratégico como el tan nombrado I+D, exportador o nuevas
tecnologías.
Cierto que en determinadas materias
lo tenemos y lo hemos tenido. Lo que planteo es que esta herramienta sea el
vehículo catalizador de la política económica frente a la alegre subvención tan
frecuentada por nuestros expertos dirigentes por razones obvias.
Ampliaremos el repertorio de la
opinión contraria a las magníficas obras del faraón incluyendo por último
conceptos como son la diversificación sectorial y el refuerzo de las
debilidades y no la potenciación de las fortalezas.
Entendemos que hay 2 cosas que
sabemos hacer muy bien en este país, la construcción y el turismo y ambos son
sectores punteros en el mundo. Porque si señores somos líderes en ambas cosas
para los que se quieran flagelar de más.
Por ello, el más estricto sentido
común y no las leyes económicas indica que los esfuerzos y dinero una vez más
escasos, han de ser dedicados a la preservación de ambas industrias pero aún
más importante en aras del concepto político de la sostenibilidad, a la
creación, lanzamiento y mantenimiento de nuevas vías de generación.
Así es que esperamos y deseamos que
algún día nuestros faraones hacedores de pirámides donde adoramos su maestría y
buen hacer, aprendan del pasado y encaminen nuestra andadura hacia la senda del
retorno del capital, tales como flotas que nos den comercio, artesanías con
valor añadido o nuevos hallazgos científicos omitiendo templos y tumbas de
nuestros planes estratégicos. En todo caso ya que ustedes no han sabido hacerlo
hasta ahora y en vista de que no lo tienen claro, agradeceremos al bróker de NY
por no invertir en nuestra locura, a la troika por vigilar a nuestros
dirigentes con nuestro y su dinero y al COI por no meternos de nuevo en semejante
follón.
ATHOS
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Yo soy una de las personas que se alegró de que ganara Tokio (y eso que tengo un amigo japonés que tampoco quería que ganara su ciudad jeje). Me pareció muy triste el apoyo incondicionado que recibió la candidatura de absolutamente todos los medios, y creo que se deberian de pedir responsabilidades a más de uno por los 8000 millones ya gastados en vez de ir a consolarlos. ¿A quién se le ocurre ir con la principal arma de que está casi todo construido?¿Como consentimos que jueguen así con nuestro dinero?
ResponderEliminarHemerocallis fulva o flor de un día; creerse que los Juegos son la panacea en el que se invierte dinero para obtener mayor rédito, es lo más parecido a los juegos de azar. Pero como el dinero es ajeno y se recauda fácilmente, de igual manera se dilapida cual flor de un día.
ResponderEliminarHemerocallis fulva o flor de un día; creerse que los Juegos son la panacea en el que se invierte dinero para obtener mayor rédito, es lo más parecido a los juegos de azar. Pero como el dinero es ajeno y se recauda fácilmente, de igual manera se dilapida cual flor de un día.
ResponderEliminarMargaret Tatcher: "No existe el dinero público es del contribuyente" ATHOS
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