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¡Me han despedido!

Con una tasa de desempleo en España del 22,5%, ya son muchos los españoles que se han tenido que enfrentar al difícil trago del despido. Si uno consulta las perspectivas económicas para 2012, se puede hacer a la idea de que muchos más pasarán por lo mismo este año. Vamos a seguir batiendo records y destruyendo empleo. Por ello no es de extrañar, que el paro y los problemas de índole económica, hayan sido de nuevo en la encuesta del CIS de diciembre, lo que mas preocupa a los españoles.
Quien más y quien menos, se habrá encontrado alguna vez en su vida sin trabajo, como consecuencia de una finalización de un contrato, una baja voluntaria, etc. Situación bien distinta y menos frecuente es experimentar un despido. Y no digamos si este es inesperado. Sin embargo la situación actual hace que todos los trabajadores vivamos día a día con esa incertidumbre. Y puede que una mañana cualquiera seas tú y te sorprenderás exclamando ¡Me han despedido!


Un duro golpe para el que la mayoría no estamos preparados y que nos hace atravesar una montaña de altos y bajos en nuestro estado de ánimo. Los expertos en recursos humanos, señalan que ante un despido pasamos por cinco fases emocionales diferentes:
1.     El shock tras la noticia
2.     La negación. ¿Por qué yo? No puede ser
3.     La Ira. Nos enfadamos con todo y con todos. Culpamos al resto
4.     Depresión y frustración. Es el momento más duro, muchos se hunden anímicamente y no consiguen asumir la realidad.
5.     Angustia y miedo. Ante un despido muchas personas se ven como ante un abismo. No sólo la pérdida de ingresos conduce a esta sensación. El trabajo, es una de nuestras ocupaciones principales en el día a día, es donde nos relacionamos, es el lugar donde tenemos un estatus o un reconocimiento y con el despido lo perdemos todo.

Hay un momento especialmente delicado en el que las empresas suelen aprovechar para comunicar los despidos. La vuelta de las vacaciones. Si bien es algo que la empresa hace por cuestiones meramente económicas, golpea emocionalmente al empleado de forma más cruel. Coge completamente desprevenido al trabajador, que corre el riesgo de caer de forma más intensa en el desánimo y la frustración.
La mejor manera de sobreponerse es asumir la situación cuanto antes. Resulta fácil decirlo, lo sé, pero en realidad somos nosotros mismos quienes tenemos la clave para que la experiencia sea lo menos traumática posible. Después del temible ¡me han despedido! Suele venir el ¿Y ahora qué?
Llegar a este punto lo más rápido posible, mantener la calma y pensar en positivo, es crucial para comenzar a elaborar un nuevo futuro personal. Esto me recuerda una escena de la película "Up in the air", donde Ryan Bingham (George Clooney), el experto en despedir personal, entrega una carpeta con las opciones de futuro a los empleados que comunica su cese.

Escena despido "Up in the air"

La comparación es un poco burda, pero las reflexiones que plantea Clooney en la película a los trabajadores que va despidiendo, pueden resultar útiles.
            -“¿Cuánto le pagaron para que renunciara a sus sueños?”
            -“¿Cuándo pensaba abandonar y volver a recuperar su alma?”
Lo mejor es plantearse una serie de cuestiones, para saber hacia donde dirigir los esfuerzos.
1-      ¿Cuáles son mis habilidades?
2-      ¿Qué me gustaría hacer?
3-      ¿Dónde hay oportunidades?
4-      ¿Que conocimientos tengo y cuales debería aprender?
5-      ¿Quién me puede ayudar?
6-      ¿Cuánto tiempo necesito para ponerme al día?
También debemos recuperar el control y analizar nuestras necesidades económicas en los próximos 6 o 12 meses. Hay que ajustar el nivel de vida y mentalizarse. No será lo mismo si se es joven que si se es mayor, si se tiene hijos como si no, si hay deudas que pagar o no y así varios factores.
Que nos despidan no tiene por qué ser un drama, puede ser lo mejor que nos puede pasar en la vida. Muchas veces vivimos anclados a un trabajo que ni tan siquiera nos gusta, permanecemos simplemente por costumbre, por miedo, por tener unos ingresos y a veces soportando un auténtico infierno. A Steve Jobs le echaron de su propia empresa. Esa si tuvo que ser una difícil experiencia. Y sin embargo luego parece que después no le fue muy mal. Fundó Pixar Studios.
Los que aun conservamos nuestro empleo también podemos hacer algo. Si hacemos los deberes con anticipación, si trazamos un plan B, no tendremos que lamentarnos diciendo “me han despedido, que va a ser de mi”.
Si tienes deudas, cargas familiares, responsabilidades, etc, toma medidas cuanto antes no te quedes de brazos cruzados. Aquí van por último, una serie de ideas sobre como prevenir tu despido:
1.      Desarrolla tu red de contactos. Puede ser tu mejor ayuda.
2.      Fórmate continuamente
3.      Aprende un idioma. El chino mandarín está de moda y es el futuro.
4.      Especialízate en un área concreto
5.      No descuides las responsabilidades de tu trabajo
6.      Desarrolla una habilidad que te diferecie
Actúa cuanto antes para no tener que decir ¡Me han despedido! ¿Y ahora qué?

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