Vivir con deudas. Cómo reducir el endeudamiento y mejorar la capacidad de pago

Algunas personas piensan que tener muchas deudas y no poder pagar, es un problema que solo afecta a personas de bajos recursos. Pero todo lo contrario. Yo creo que una vez más, tiene que ver con nuestra educación financiera y la forma en que cada persona gestiona sus finanzas personales. Por lo que lo puede sufrir cualquier persona.

Conozco un caso muy cercano, con muy buena posición económica, que tuvo que agrupar préstamos para poder vivir con deudas sin entrar en una rueda de impagos, que le hubiese llevado a la ruina personal.  

Este amigo de la familia había estudiado económicas en una universidad privada. Y después, cursó un master en finanzas en una escuela de negocios top. Tenía buenos contactos. Pero sus padres eran unos pequeños empresarios locales de la construcción que se vieron afectados duramente por la anterior crisis inmobiliaria. Sus padres querían lo mejor para él y no dudaron en mover hilos para poder financiar sus estudios. Firmando personalmente con el aval de los padres varios préstamos personales, para costear los gastos de la universidad y el master.

Una vez completó sus estudios y dado que además era buen estudiante, no tardó mucho tiempo en encontrar un buen trabajo. Rápidamente accedió a un buen sueldo y consiguió un puesto con mucha proyección en una consultora.

Empezó a llevar un tren de vida con pocas privaciones. Y lejos de cancelar sus préstamos de estudios, se acostumbró a vivir con deudas y a tirar de tarjeta de crédito. Viajes, cenas en los mejores restaurantes de Madrid, ropa de marca, lo último en tecnología, etc.

A los dos años de entrar en la empresa, proyectaba la típica imagen de éxito. Pero le faltaba el objeto posicional por excelencia. Un coche de alta gama. Por supuesto, como era incapaz de ahorrar por su estilo de vida, tuvo que financiar la compra. La financiera del concesionario, con sus buenas nóminas, no puso ninguna pega. Pero le clavaron un elevado tipo de interés, además de financiarle las primas del seguro de vida y una jugosa comisión de apertura del 3%.

Ya se estaba empezando a estresar financieramente. Se le notaba a veces preocupado hablando de temas de dinero. Pagar los préstamos estudios, el coche, un alquiler de un piso en Pozuelo de 1.300€ y las tarjetas de crédito, empezaba a pesarle. Y como no veía la manera de salir de las deudas, empezó a pedir dinero a su novia y amigos. Ya no era capaz de llegar a fin de mes.

En ese punto, hubiese sido bueno que le ayudase alguna de las mejores empresas de reunificación de deudas que existen y ordenase un poco sus finanzas personales. Pero claro, toda esta historia, la conocimos mucho después. Cuando como siempre ocurre, llegó la gota que colmó el vaso e hizo saltar todo por los aires.

En un chequeo médico que solía hacerse todos los años, detectaron y algo y tuvo que someterse a varias pruebas. Al principio no le decían nada. Él no sabía de qué se podía tratar. Se encontraba perfectamente y no tenía ningún síntoma. Cuando al final, llegó el diagnóstico. Cáncer de hígado. Estaba en una etapa muy temprana. Era un pequeño puntito y parecía que no se había extendido a otros órganos. Había que operar de urgencia.

Fueron a una clínica privada. A la mejor. La intervención y la hospitalización suponían un coste de 25.000€ que él no tenía. Su seguro privado no lo cubría y la espera en la sanidad pública era demasiado larga. El tiempo era clave.

La delicada situación de la empresa familiar, impedía que sus padres pudiesen ayudarle, complicando aún más las cosas. Así que sacó dinero de donde pudo. Tarjetas de crédito, préstamos rápidos por internet, pidió dinero prestado a conocidos, etc. Lo que fuese con tal de reunir el dinero.

Finalmente le operaron y todo salió bien. Le dijeron que el hígado se regeneraría en un tiempo y que ya estaba limpio. Pero hubo que sumar algunos días más de ingreso y recuperación. Así que la factura subió aún más con las consultas posteriores. Y ya no podía más. A pesar de tener un sueldo de más de 4.000€, su capacidad de pago estaba desbordada. Y además de los préstamos personales y las tarjetas, debía dinero a mucha gente.

Su única salida era unificar créditos. Recorrió las oficinas de muchas entidades en busca de una solución. Pero todos le decían lo mismo. No hacemos reunificación de deudas, ni damos crédito para cancelar los préstamos de otros bancos.

Vivir con deudas le había condenado por no tener cabeza y no darse cuenta de que cuantos más compromisos de pago adquiría a corto plazo, peor era su salud financiera. Algo que además llama mucho la atención, en alguien con su formación. Pero que sin embargo, no era consciente o no quería ver, la rueda de crédito en la que se estaba entrampando.

Al final, encontró una empresa especializada, que le ayudó a salir de las deudas y la bola de nieve de créditos en la que se había metido. Atacando primero a los préstamos a más corto plazo y los de mayor compromiso de pago. Para una vez resuelto lo peor, reunificar los préstamos restantes, alargar el plazo y bajar la cuota poco a poco.

Meterse en una rueda de deudas es fácil y más frecuente de lo que parece. Independientemente del nivel socioeconómico de las personas. Vivir con deudas no debería ser lo normal. La parte positiva es que salir de las deudas es posible, pero exige un cambio en el estilo de vida y por tanto un esfuerzo, para recuperar la libertad financiera en el presente y el futuro.