Imagina que por alguna razón pierdes todo lo que tienes. Que
no tienes a nadie a quien recurrir. Las cosas se complican y dejas de pagar tus
facturas. Te embargan tus propiedades. ¿Cómo conseguirías dinero urgente si te ves una situación límite?
Las cosas no tienen por qué ser tan dramáticas. Pero como
decía el otro día un amigo mío en otro contexto, la vida da muchas vueltas. Y
así es, hoy las cosas son de una manera, pero mañana quien sabe.
Puede que hoy lo tengas todo controlado y que al menos en
cuestión de dinero, te vayan bien. Pero las cosas se pueden torcer. Tener cultura
financiera, no es sólo saber invertir y gestionar los ahorros, también es saber
pedir préstamos con asnef sin propiedad para salir de un apuro. Y por supuesto no te hablo de
hacer nada ilegal para conseguirlo.
Se trata de conocer los recursos que existen en el mercado
para conseguir dinero inmediato y
solventar una situación de necesidad o por la que no quieres dar cuenta a otras
personas y prefieres resolver por tu cuenta. Te contaré una historia.
Seguro que alguna vez en tu vida, te has visto en una
situación a la que no sabes muy bien como has
llegado, pero se ha complicado demasiado.
Son las decisiones impulsivas y los atajos de nuestra mente,
los que nos llevan en ocasiones, a buscar respuestas rápidas a las cuestiones
que se nos plantean.
Has visto alguna vez la película dirigida por Martin Scorsese,
Jo, ¡qué noche! Sí, no
lo has hecho, te lo recomiendo. Es un ejemplo, de lo que se pueden enredar las
cosas en poco tiempo. Lo que ocurre es que la realidad, muchas veces, supera a
la ficción.
Y si no que se lo digan a alguien que por ejemplo llamaremos
Juan, que de tener la vida resuelta, se vio en muy poco tiempo en la calle.
Juan vivía en una pequeña ciudad dormitorio, en una casa
unifamiliar con jardín, con su mujer y sus dos hijos. Él y su mujer, tenían un
buen trabajo y estaban en una posición acomodada. Tenían una hipoteca sobre la
vivienda, pero contaban con una cantidad ahorrada similar a la de la deuda.
A juan le gustaba seguir los mercados, pero casi nunca se
decidía a lanzarse con sus inversiones. Un buen día reservando vuelos y hoteles
un mes antes de sus vacaciones, pensó que si hacía una buena inversión con lo
que tenían ahorrado, tendría todos los gastos cubiertos. Y se puso a mirar las
noticias financiera y los fondos más rentables.
Se fijó en que un fondo americano tecnológico, llevaba
ganando rentabilidades de dos dígitos en los últimos tres años y que algunos
meses incluso había subido un 10%. Pensó entonces, que si invertía una cantidad
importante del dinero que tenían ahorrado en ese fondo y sólo con que subiese
la mitad de lo que había subido alguno de esos buenos meses, tendrían las
vacaciones pagadas. Estuvo dándole vueltas, pero al final no hizo nada.
La víspera de marchar de viaje, se le ocurrió mirar como
había ido aquel fondo ese mes. ¡Había subido un 14,5%! Increíble. Si se hubiese
decidido, con las ganancias habría tenido dinero suficiente para pagar tres
veces lo que le costaban las vacaciones.
Con la espina clavada por la decisión no tomada, se fue de
viaje con la familia unos días a la playa. Los últimos días cuando tuvo que
pagar la factura del hotel y tras hacer un breve balance de los gastos, no pudo
resistirse.
Sin que lo supiese su mujer, llamó al banco y puso todos los
ahorros en ese fondo que llevaba tiempo siguiendo. Pensó que con que subiese
una tercera parte de lo que había subido semanas atrás, ya tendría con que
cubrir todos esos gastos y podría darle una sorpresa a sus esposa.
Sin embargo, ocurrió algo que no esperaba y que no había
sucedido durante meses. Cuando ya estaba de vuelta a casa, los mercados comenzaron
a caer abruptamente. Había estallado la burbuja tecnológica. En apenas una
semana las perdidas eran del 20%.
Con incredulidad, se dijo a sí mismo, que seguramente el
mercado habría sobrereaccionado y que sería cuestión de días que las bolsas y
el fondo se diesen la vuelta. Así que llamó de nuevo al banco y dispuso de una cuenta de crédito que tenían para emergencias,
que suponía la mitad de sus ahorros. Y multiplicó su apuesta en el fondo
suscribiendo nuevamente.
Lamentablemente Juan vio a los pocos día como las pérdidas
llegaban al 35%. Estaba desesperado. Ahora sí creía que se había equivocado y
presa del pánico, pensó que si mantenía ese fondo, quien sabe, podría perderlo
todo. De modo que vendió toda la posición asumiendo las pérdidas.
A la semana siguiente, el mercado rebotó, anotándose el fondo
tecnológico, una subida del 11%. Juan se tiraba de los pelos. Como había hecho
las operaciones en secreto y no quería que su mujer descubriese lo torpe que
había sido con sus inversiones, decidió mover ficha para recuperar lo perdido
antes de que se enterase.
Así que se puso a mirar en foros de internet y decidió
invertir en compañías de pequeña capitalización con alto potencial de
revalorización. Cada operación que hacía, sólo hacía que agrandar el problema. Entrando
en una espiral de compras ruinosas en las que siempre acababa pillado. En poco
tiempo perdía el 90% de los ahorros descontando las inversiones a crédito.
Juan preocupado, comenzó a perder el sueño y a ausentarse del
trabajo para seguir sus inversiones y tratar de solucionar las pérdidas.
Finalmente su mujer lo descubrió todo. Tuvieron una fuerte discusión y le pidió
el divorcio.
Entre la hipoteca y la pensión alimenticia, Juan casi no
tenía para comer. Comenzó a pedir dinero prestado a su familia y a sus amigos. Mientras
seguía a escondidas con sus inversiones buscando un golpe de suerte que lo
cambiase todo. Esta vez con futuros, pues había leído un libro de Aitor Zárate, que aseguraba que con disciplina podía hacerse millonario
en poco tiempo. Y tal vez así recuperaría la credibilidad entre su entorno y
familia, al poder pagar todas sus deudas.
Entre las noches en vela y estar tanto pendiente de sus
desastrosas inversiones, acabó por desentender gravemente sus obligaciones en
el trabajo. Por lo que terminaron despidiéndole de la empresa.
Al poco tiempo Juan enfermó gravemente. Aquejaba una dolencia
que requería de unas pruebas de diagnóstico, para las que la seguridad social le
dio una lista de espera de más de cuatro meses como paciente preferente. Si
hubiese podido conseguir dinero urgente para
haberse pagado la prueba por lo privado, le habrían detectado a tiempo, lo que
finalmente terminó siendo letal para su vida.
La historia está basada en hechos reales. Se han cambiado el nombre
y algunos detalles de los hechos, pero la realidad fue igualmente dramática. Como
te decía tan malo es no saber cómo invertir tu dinero, como no saber cómo pedir dinero rápido y ayuda cuando la
necesitas.
Puede que las compañías de préstamos con Asnef y dinero al instante, no sean tan malas en según qué circunstancias. Lo bueno es
saber que existen, comparar, como solicitarlos y de que forma pueden ayudarte
en un momento dado.
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No acabo de entender muy bien esta entrada, creo que lo que deberia haber hecho, era asumir las primeras perdidas, decírselo a su mujer y para nada pedir un crédito a ninguna entidad llamese como que tamos por supesto si su.mujer no le perdona lo mejor que le podía pasar era divorciarse, mas vale solo que m....
ResponderEliminarA ver... no deja de ser un ejemplo basado en una situación real, en la que una persona en una posición acomodada, puede verse en apuros financieros.
EliminarTodo para decir como excusa, que por tener dinero o estar en una situación acomodada, no hay porque despreciar saber sobre otros temas como el crédito rápido. Al final no dejan de ser recursos financieros que puede venir bien conocer, se usen o no.
Evidentemente la persona de la historia cometió otros muchos errores. Pero es que estas cosas a veces pasan.
Un saludo.
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