
Verás, me gusta mucho eso de leer las entrevistas que hacen a
emprendedores emergentes, por si me dan alguna pista de cómo empezar un negocio
de éxito o para ver si se me ocurre una nueva idea para emprender.
Y resulta que hace unos días me entretuve leyendo las
repuestas de varios emprendedores sobre sus casos de éxito. Y me llamó mucho la
atención, que cuando les preguntaban que como se les había ocurrido su idea de
negocio, se dio la coincidencia que en varios de los casos, vinieron a decir
que se dieron cuenta de que podían hacer
negocio de la necesidad o de las necesidades.
Esto casi suena peor que como lo he expresado yo en el título
de este artículo. Pero dándole un poco de vueltas lo cierto es que además de
ser una obviedad, me ha servido para identificar algunas buenas ideas de
negocio pensando en la pirámide de Maslow.
En realidad si piensas en cualquier marca o cualquier
producto, todas satisfacen algún tipo de necesidad
humana. Si lo quieres ver en un sentido cruel de la expresión “hacer
negocio de las necesidades de las personas”, te darás cuenta que efectivamente se
cumple en muchos casos. Y es que muchos negocios, el marketing y no digamos las
ventas, son crueles. A ver si te explico de forma un poco más clara lo que te
quiero decir y como esto te puede ayudar si quieres emprender.
La jerarquía de
necesidades humanas de Maslow, es la forma más simple de sintetizar todo
esto.
Si no la conoces, verás que no es más una simple agrupación
de necesidades de las personas clasificadas en cinco niveles. Y que cada uno de
nosotros tenemos la necesidad de satisfacer. Pero en cada caso hay prioridad en
aquellas que son más básicas y esenciales respecto de las posteriores y por
tanto menos vitales. Pero que sin embargo el hecho de no realizarlas nos puede
llevar a sentirnos insatisfechos.

Así como Jaguar, Audi o Breitling representan prestigio,
reputación y estatus, DIA o Danone cubren necesidades fisiológicas. Y por tanto,
detrás de cada tipo de producto, marca o servicio, hay una necesidad que
impulsa a consumir.
Si consigues desarrollar un negocio que satisfaga alguno de
esos valores o motivaciones y además hacerlo de una forma más completa o eficiente,
tendrías un buen negocio entre manos.
Y para proyectar un buen negocio a veces hay que ser un poco transgresor
y atrevido.
Como por ejemplo talleres de sexo o montar una escuela de sexo oral, como la que Ekaterina Liubimova quiso importar a España
en su momento. A lo mejor puedes pensar, que locura, ¿cómo va a funcionar una
idea así?

Detrás de una barrera o un tabú, hay un nicho de negocio. Una
vez cae y el público potencial se insensibiliza, el que esté mejor posicionado,
es el que dominará el mercado.
Otras ideas que pueden tener gran recorrido se pueden
encontrar en el nivel de estima. Si te das cuenta, no es nada nueva la ambición
de muchos, de alcanzar un estatus o nivel económico elevado. O al menos de
poder experimentarlo en apariencia.
Gran parte del elevado precio que se paga por los artículos
de lujo, es el valor intrínseco de las marcas y la exclusividad de posesión por
su alto coste, más que el de la calidad de los productos o servicios.
Si las imitaciones y falsificaciones de marca funcionan bien
en los mercadillos y en los tirados, ¿por qué no iba a funcionar una marca
blanca de artículos de lujo?
Es decir, hacer accesible la calidad sin la marca. Aunque es
verdad que muchos artículos sólo son comprados por la marca, en determinados
tipos de productos, mucha gente pagaría por calidad si eso reporta imagen o
estatus.
Por ejemplo, si creas una empresa de muebles de lujo y a
medida que imitan diseños de prestigio con materiales de calidad. Lo mismo
ocurre con el textil y la moda.
Pero también podría funcionar una empresa de alquiler de
artículos de lujo. Como bolsos, joyas o relojes.
Por último, se me ocurre que en España hay un nicho con
recorrido dentro del nivel de pertenecía y afiliación. Muchos oficios o
pequeños empresarios que trabajan en España en dinero negro, tienen un bajo nivel de actividad, que en caso de legalizarlo, los
costes y la burocracia se llevarían sus beneficios. Por lo que se queda en la
economía sumergida.
Como no puedes esperar que de un Gobierno surja una reforma fiscal o iniciativa real que solucione el problema, una iniciativa privada podría
hacer negocio de esa necesidad. ¿Cómo?
Muy sencillo, del mismo modo que el consumo colaborativo ha irrumpido con el couchsurfing, el alquiler vacacional o
el uso compartido de un coche, ¿por qué no compartir los costes de constitución
de una sociedad o de alta de actividad de un profesional?
La única pega a esta idea es la seguridad jurídica de los
partícipes de la estructura colectiva ante el mal uso del sistema compartido. Pero
ese es el negocio, que se solucionaría creando una plataforma online o un
regulador matriz, que aportaría seguridad a los profesionales y distribuiría
los beneficios.
Imagina que media docena de fontaneros hacen chapuzas por su
cuenta, pero ninguno tiene ingresos como para legalizar su actividad. Se asocian
a través de una plataforma matriz a los otros fontaneros. Y es el regulador o
intermediario es quien crea la SL o da de alta a un único administrador, pero
los costes se comparten en función de los ingresos aportados. Y luego se
distribuye a los socios como participación en beneficios o trabajos
profesionales agrupados o esporádicos. ¿Me coges la idea?
En cada nivel hay negocio de las necesidades humanas, pero hay que rebuscar en las fronteras que nadie
ha querido atravesar ante o verlo desde un punto de vista diferente. ¿Se te
ocurre alguna idea para hacer negocio de
la necesidad?
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