No hay nada mas letal para un banco o un Estado que un pánico bancario. Ni una guerra, ni una
catástrofe natural o un atentado.
Si alguien quiere hundir un banco o el sistema financiero de
un país entero, sólo tiene que minar la confianza de los ahorradores. Basta con
sembrar suficientes dudas entre los depositantes y como una bomba de reloj un
día despertarás con un pánico bancario
en las calles.
A decir verdad nunca las probabilidades de sufrir un pánico
bancario habían estado tan altas como ahora. El año pasado tras la crisis de
Bankia vivimos momentos de tensión importantes. Pero ahí había algo más que las
dudas sobre la simple seguridad de los ahorros en un banco. Había dudas sobre los
bancos, sobre país, del euro y si me apuras, alguno dudó hasta de su nombre.
El problema de los pánicos
bancarios es que no avisan y tampoco se ven ni se pueden tocar. Hasta hace
no mucho, un pánico bancario se podía intuir. Tú veías que se formaban colas de
gente agolpándose en los bancos para sacar dinero y sabías que algo pasaba. (Como
en Tenerife, que cuando estuvieron los cajeros en off el fin de semana de la
integración informática entre Caja Canarias y La Caixa, la gente pensaba que
regalaban dinero…). Te podías sumar al resto de la gente y formar cola
ansiosamente para retirar tu dinero.
Ahora no, ahora puede estar pasando algo y
ni te enteras. Si algo malo tienen las nuevas tecnologías en relación con un pánico bancario, es que puede hacerlo
mucho más sigiloso y difícil de detectar. Con sólo unos clicks desde un
ordenador un banco se puede estar descapitalizando a pasos agigantados. Y para
cuando quieras ir al banco, ya será demasiado tarde.
Veamos como un pánico bancario
puede colapsar un sistema financiero y que mecanismos hay para evitarlo.
El caso de Chipre ha sido un preocupante detonante que ha
puesto en descubierto una vez mas las debilidades de los bancos y la fragilidad
de los sistemas financieros.
Respóndeme a unas preguntas. ¿Tú te crees el balance de los
bancos? ¿Te da más tranquilidad la existencia de un Fondo de Garantía de
depósitos? ¿Duermes mas tranquilo sabiendo que se cubren 100.000€ por
depositante y banco en lugar de 20.000€? ¿Eres de los que piensa que un banco
nacionalizado es más seguro porque el Estado está detrás? ¿Crees que los bancos
españoles son más sólidos porque no se ha liquidado ningún banco? ¿Duermes
tranquilo sabiendo que el banco no tiene ni la décima parte del dinero que los
ahorradores tienen depositados en ellos? ¿Piensas realmente que el FGD cubriría
tus depósitos si tu entidad quebrase?
Si has respondido a 4 o mas preguntas que si, aun no estás en
un grado de desconfianza bancaria alarmista, ni estas cerca del ataque
de pánico financiero.
Pero esto que te acabo de preguntar, forma parte del conocimiento
compartido que tienen los ahorradores sobre los bancos y el sistema financiero.
Y en condiciones normales asumes las reglas de juego del
dinero y dices “vale, soy consciente de que solo tengo una libreta con unos
números apuntados, pero sé que normalmente si voy por mi dinero en cantidades
pequeñas o puntualmente cifras grandes, me dan físicamente el papel moneda y
estoy tranquilo”.
Pero sólo es necesario un porcentaje bastante bajo de
personas que comiencen a desconfiar para que el pánico bancario se desate. Y ahí andamos.
Vivimos una ilusión financiera, donde consideramos que somos
unos agentes libres que podemos operar sin restricción con nuestro dinero, pero
en realidad es una libertad regulada y basada en la estadística. Por eso los
bancos y el sistema financiero sólo están diseñados para soportar cierto estrés
sobre su tesorería. A partir de la retirada de un porcentaje relativamente bajo
de sus recursos se colapsan.
Pero esa es sólo una posibilidad que se da en muy contadas
ocasiones. Sólo que cuando ocurre, el impacto que tiene es crítico.
Por eso a un pánico
bancario se le deja suelto, hasta que adquiere cierta envergadura. Primero
se le puede internar frenar con declaraciones públicas que inspiren
tranquilidad y sin hacer en realidad nada. Y cuando llega a ciertos niveles,
las autoridades activan mecanismos de intervención como el corralito financiero.
Un ataque de pánico
financiero o bank run puede generarse de forma intencionada, pero el más peligroso
es el generado de forma espontánea por un pico de incertidumbre. Y después se
forman situaciones como las vividas en Chipre y al gobernador del Banco de
Chipre que tiene el desafortunado nombre de Panicos Demetriades, se le queda
esta cara de susto al ver el alcance del pánico
bancario desatado.
Fuente: Euronews. Panicos Demetriades, Gobernador del Banco de Chipre, marzo 2013. |
En resumidas cuentas la seguridad de los ahorros está en
manos de los ahorradores. Los gobiernos y las autoridades sólo pueden
intervenir en firme cuando con los mecanismos blandos ya no pueden mantener más
la farsa de la “sólida” solvencia de sus bancos y los depositantes pierden los
nervios. El problema es que ¿Quién se queda quieto cuando todos corren
despavoridos?. Ese es el peligro del comportamiento de masas, así se producen
las estampidas y así es como se desata
un pánico bancario que puede colapsar un sistema financiero entero.
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Sí y dejarlo puede colapsar el mío. Antes confiaba en la banca, ahora ni un pelo.
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