Atravesamos momentos difíciles en los mercados financieros. Ya nadie se fía de nadie. Ni de los bancos ni de los Estados. La incertidumbre, el miedo y la desconfianza se eleva a un nivel nunca antes visto.
Eso lleva aparejado que la que ha sido tradicionalmente la inversión más segura y conservadora (la deuda pública), se haya convertido en un activo de alto riesgo. Con un diferencial de la deuda española a 10 años instalado de forma permanente sobre los 300 puntos básicos y ahora rondando los 400pb, no es de extrañar que el Tesoro Público comience a ofrecer en sus subastas rendimientos que nada tienen que envidiar a los mejores depósitos del mercado.
Precisamente por eso, la creciente rentabilidad (3,608% en Letras a 12 meses y 3,801% en Letras a 18 meses, según la última subasta de octubre) de las Letras atrae cada vez mas a inversores particulares interesados en acudir a subastas públicas de deuda o a solicitar repos a sus entidades financieras habituales. Aunque ha sido una inversión muy tradicional en el pasado y muy rentable, hoy día es difícil que nos los ofrezcan en alguna entidad financiera como una opción de inversión. Y no es de extrañar, pues los bancos son los principales necesitados de liquidez.
Veamos cómo podemos comprar Deuda Pública. Nos vamos a centran en las emisiones de Letras a 12 y 18 meses.
Tenemos varias posibilidades. La primera y mas cómoda es acudir a la sucursal mas cercana de nuestra entidad financiera habitual y solicitar que nos aperturen una cuenta de activos financieros para comprar Deuda del Estado.
Por dicha cuenta no se suele repercutir ningún coste mientras que no se tenga título alguno de deuda anotado en ella. Una vez abierta dicha cuenta, ordenaremos a nuestra entidad el número de títulos a solicitar en mercado primario de emisión, en múltiplos de mil en mil euros.
Una vez hecho, esto podremos revocar la orden con un día o dos de antelación al día de la subasta dependiendo de entidades. Hay que entender que en esta inversión vamos a ciegas ya que no sabemos la rentabilidad que se pagará, pues depende de los resultados en subasta competitiva el día de la emisión. Lo normal es que no difiera mucho de la subasta del mes anterior. Podemos guiarnos con la evolución de los diferenciales de deuda. Si hay tensión en el mercado la rentabilidad probablemente sea mayor, lo que implica un mayor coste de financiación para el Estado y mayor rentabilidad para el inversor (no hay que olvidar que también mayor riesgo), como en los momentos actuales.
Un aspecto muy importante a mencionar son los costes de transacción. Podemos operar con cualquier entidad financiera colaboradora, peor esta nos repercutirá unas comisiones que pueden variar dependiendo de entidades y el volumen de deuda a comprar. Así mismo suele haber otra comisión en la amortización a vencimiento. La de compra y amortización rondaran el 1,5 por mil y el 4 por mil. Lo que naturalmente merma la rentabilidad neta de la inversión.
Las Letras se emiten la descuento por lo que por una Letra de 1.000€ habrá que desembolsar 1.000€ menos el interés descontado, más la comisión. Y en la amortización se abonará el nominal menos la comisión. Otro matiz es que las Letras no llevan retención de Hacienda. Las cuentas con Hacienda por compraventa de Deuda Pública se harán en la declaración de la renta.
Otra posibilidad para comprar Letras es acudir directamente al Banco de España para apertura una cuenta donde depositar los títulos. Sin embargo habrá que asumir los costes de transferencia de los fondos para la compra y a amortización. Salvo grandes cantidades el resultado neto es similar que en bancos o cajas.
La tercera posibilidad hoy día menos frecuente es comprar deuda con pacto de recompra (Repo) a nuestra entidad financiera. No es aconsejable pues el margen de cesión en estos momentos suele ser muy alto para disuadir a los clientes de adquirirlas.
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