Imagínate lo que puede ser estar
anclado a una silla durante meses, trabajando entre 12 y 14 horas diarias. Sin
poder parar y sin poder enfermar. Meses en los que lejos de disminuir la carga laboral,
las tareas y el volumen de trabajo pendiente se incrementa.
Mañanas en las que empiezas con una
lista de diez cosas importantes por hacer y que terminan con cinco más urgentes
para el día siguiente.
Días en los que tienes que renunciar
a estar con tu pareja, dedicar un tiempo a tus amigos o tener que dejar
aparcado de lado tu hobby favorito. Noches a las que recortas horas de sueño.
Momentos amargos de sentirte incomprendido por los que te rodean, ya que no
entienden, por qué no lo dejas.
Sin apoyos, sin ayudas. Con más
impuestos y con muchas facturas pendientes por pagar. Obligaciones que a veces
quitan el sueño, por no saber si esta vez podrás pagar.
Pues para mucha gente, esto es ser
autónomo. Si tienes un autoempleo o un pequeño negocio, seguro que sabes de lo
que te hablo.
Muchas veces, todo empieza con el
sueño de ser tu propio jefe, ser dueño de tu tiempo y ganarte la vida
trabajando en lo que te gusta. Pero ese sueño con el que se empieza, a muchos
se les torna como una pesadilla. ¿Cómo
dejar de ser un esclavo de tu autoempleo?
Cuando yo empecé a dedicar tiempo a
mi idea de negocio como plan alternativo a mi trabajo, mucho antes de montar mi
empresa, tenía una energía dentro y una ilusión que hicieron que pudiese con
todo.
Sacaba tiempo de donde podía y pasaba
horas en vela dando vueltas a como desarrollarlo. Pero a la larga, una vez
empiezas a dar pasos y si tu negocio funciona o cambias algo en la forma de
hacer las cosas o puedes empezar a tener problemas.
No te hablo sólo de que es algo que
traspasa al ámbito personal, es que te puede dañar tu salud, además de tus
relaciones. Cuando las cosas se amontonan no ves salida. Y todo eso por lo que
has luchado tanto, corre peligro de derrumbarse, porque ya no puedes más.
La primera lección que un autónomo debe
grabarse a fuego es que o aprendes a delegar rápido o mueres. Y ojo que esto no
es sólo un problema endémico exclusivo de los autónomos. Pasa también y mucho
en las pequeñas empresas familiares y en las mejores pymes que empiezan a
crecer. Quieren tener demasiado control sobre todo. Tanto que cuando sus
fundadores fallecen, no hay continuidad posible, porque no pusieron los
eslabones necesarios para que no se rompiese la cadena.
Delegar no siempre significa trabajar
con otras personas. Nadie dijo que montar un negocio desde cero, fuese una
tarea fácil y sencilla. Y estoy de acuerdo en que cuando se empieza hay que
reducir los costes al máximo. Pero si puedes destinar algo de dinero para
quitarte trabajo que no genera valor añadido hazlo. Así podrás dedicar más
tiempo a lo que te da de comer.
Vivimos en la era de la tecnología,
la robotización y el internet de las cosas, aprovéchalo. Benditas aplicaciones
y software que te hacen la vida más fácil. Si no estás dispuesto a invertir un
poco de dinero en tu negocio apaga y vámonos.
Hay un montón de programas que te
pueden hacer la vida un poco más fácil y automatizar un montón de tareas
admirativas que te roban tiempo.
De todas formas, estoy seguro de que
si eres una de esas personas que se les cae el mundo encima con la cantidad de
cosas que tienes que hacer, puede que sufras problemas de gestión de tiempo y
de falta de productividad.
Así que voy recomendarte que te leas
algún artículo de uno de los mejores coach en gestión de tiempo y productividad
como es Jeroen Sangers y también puedes seguir estos pasos de 1and1 sobre cómo administrar mejor tu negocio. Todo en su conjunto puede
ayudarte a tomar decisiones y aplicar cambios en tu día a día que hagan cambiar
esa visión tan desbordante que tienes ahora mismo.
El siguiente paso después de poner
orden en tu negocio es buscar colaboradores que te ayuden a ejecutar esas
tareas que para ti se convierten en infinitas y que no aportan nada más que
problemas.
No es fácil encontrar buenos colaboradores
y además hay un montón de excusas que pueden hacer que pospongas, la decisión
de empezar a trabajar con otras personas para llevar tus temas administrativos,
de marketing, comunicación o publicidad.
El problema como siempre va a ser la
confianza. Y encontrar a personas que de verdad quieran trabajar contigo y no
te dejen tirado a la primera de cambio. Identificar personas que tienen
verdadero talento en lo que hacen para que trabajen contigo. Lógicamente para
todo eso, tienes que saber contar muy bien lo que quieres y necesitas, para que
comprendan tu proyecto y sepan cómo te puede ayudar mejor.
Te va a costar dinero evidentemente.
Pero si esto te ayuda a tener más tiempo para ti y para que te dediques
exclusivamente a tu idea de negocio, que es lo que te da
ingresos, verdaderamente valdrá la pena. Es cuestión de echar cuentas y de
organización.
El siguiente paso más delicado, es el
de incorporar un socio a tu negocio o contratar un empelado para generar
economías de escala. Una de las principales causas que hace que muchos
autónomos que tienen un buen negocio vivan en un infierno, es que no se atreven a
dar el paso de meter otra persona que produzca. Por miedo a que les robe el
negocio y se ponga por su cuenta o por que se generen conflictos. Pero date
cuenta que un negocio no es un negocio, hasta que no consigues que otros
trabajen para ti y haciéndolo sigues ganando dinero a la vez que cumples con
todas tus obligaciones de pago.
Que tu autoempleo siga siendo un caos
o un infierno, para parecerse más un buen negocio, depende de ti y de tomar
unas simples decisiones. No dejes que tu negocio alcance un volumen desbordante
y supere el punto de no retorno para empezar a crecer y delegar.
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Hablando desde el conocimiento de causa , ya que yo soy autónomo te diré que tienes razón en que la vida del autónomo nose puede considerar vida. Muchas horas de trabajo, muchas preocupaciones..... Sin embargo la solución que planteas está muy bien sobre el papel. Contratar una persona supone pagar un sueldo, cotizaciones sociales, pagas extra, etc etc y luego tener suerte de encontrar una persona responsable y comprometida que venga trabajar y a sacar la empresa adelante y no a pasar el dia
ResponderEliminarNo es nada fácil, pero no me negarás que para poder crecer y dejar de ser un esclavo de tu trabajo, hace falta ser capaz de poner a trabajar a otras personas a tu cargo. Hasta entonces, no tienes un negocio de verdad, sino un autoempleo.
EliminarUn saludo.
Yo fuy funcionario a tiempo, después funcionario y autónomo.
ResponderEliminarAhora funcionario de carrera y socio de una empresa de tres y cuándo se cierre el negocio no me meto ni de coña.
Funcionario se lleva todo por el libro y autónomo Dios dirá .
Saludos
Son dos tipos de vidas muy diferentes. La del funcionario, más cierta y segura, la del autónomo toda una aventura llena de incertidumbre. Pero ya sabes que quien no arriesga no gana. Salir de la zona de confort a veces también tiene su recompensa.
EliminarUn saludo.
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