Estamos ocupados. Muy ocupados. Somos personas esclavizadas
por una larga lista de tareas por hacer. Vivimos en un mundo veloz, acelerado,
que gira y que da vueltas cada vez a más velocidad. Pero es tu mente la que en
realidad hace que todo vaya más deprisa. Y eres tú mismo quien puede reducir el estrés y la ansiedad que te
producen toda esa avalancha de cosas que se te vienen encima.
Hoy en día son muchos los trabajadores y empresarios a los
que sus obligaciones les genera ansiedad.
Que no saben que pueden hacer para la
gestión del estrés que padecen. Lo
que al final se traduce en daños en la salud y malos resultados en el trabajo o
negocio. Un círculo vicioso negativo que se retroalimenta.
Las nuevas tecnologías han supuesto un gran avance en el
mundo laboral y otros muchos ámbitos. Pero nos ha hecho dependientes de
estímulos tecnológicos que nos condicionan. Correos, llamadas, whatsapp, redes
sociales, internet, etc. Estímulos y canales de comunicación que exigen nuestra
atención a todas horas y a veces todos a la vez.
Nos hemos convertido en personas permanente conectadas con el
mundo, rodeados de mucha gente, pero aislados en nosotros mismos. Reímos menos,
sentimos menos y tocamos menos. Nos estamos muriendo como seres sociales. Y
todo eso ayuda que sientas más estrés y ansiedad en el trabajo. ¿Qué se puede hacer para reducir el estrés
y la ansiedad laboral?
¿Sabes cómo son los tejados de la ciudad en la que vives?
Probablemente no, porque siempre vas con prisa y siempre vas mirando al suelo
enfrascado en la maraña de tus pensamientos o enganchado a tu dispositivo
móvil.
¿Te has parado alguna vez a observar lo que pasa a tu
alrededor cuando sales a la calle en tu ciudad en plena hora punta? ¿Y en el
vagón del metro o en el autobús? Legiones de zombies hablando, navegando o escribiendo por sus móviles o
dispositivos inteligentes. Atareados y apresurados, sin tiempo de ver lo que
pasa a su lado.
¿Quién te impone que sigas viviendo así? Haz algo pronto
porque el estrés y la ansiedad matan. Y si no lo consiguen,
reducen sensiblemente tu esperanza de vida. Tú inconscientemente te has puesto
ahí. Y no ha sido de la noche a la mañana. Pero claro, no es fácil cambiarlo,
por eso buscas una solución.
Y entonces ¿qué es lo
que puedes hacer para la gestión del estrés y la ansiedad laboral?
Para empezar, te diré que más estrés y ocupación no tiene
nada que ver con el éxito. Depende de la persona. Depende de ti. Hay gente que
está expuesta a unos mismos estímulos exteriores que reacciona de forma
diferente a otras. Son los más propensos o adictos al estrés y la presión, los
que procesarán todo ese entorno en algo nocivo para su bienestar personal.
Debes tratar de controlar como te afecta todo lo que te rodea
y que es percibido por tus sentidos. En principio todos tenemos las mismas
herramientas sensoriales para procesar todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
Sin embargo cada uno filtramos lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y degustamos
de forma diferente. Y conformamos nuestra propia realidad.
La clave está en tu mente. El primer paso que debes dar para reducir tu estrés y ansiedad laboral,
es tomar conciencia de la realidad que estás viviendo. E identificar las
sensaciones que te producen determinadas situaciones en tu trabajo.
Palpitaciones, sudores fríos, sequedad de boca, sensación de
velocidad, urgencia, presión, vértigos, pensamientos recurrentes negativos,
dolores musculares, etc. Estos son algunos síntomas que genera tu organismo,
porque tu mente ordena que se ponga en alerta.
Y que tiene consecuencias en tus hábitos cotidianos. El estrés
y la ansiedad te provocan un malestar que te impide conciliar un sueño
reparador, te encuentras más irritable, sin energía, bloqueado, etc. Tienes que
pararte a pensar como el estrés ha alterado tus rutinas e identificar lo que
puedes mejorar.
Una vez tomas conciencia del problema, hay varias técnicas
que puedes aplicar para gestionar el
estrés. En las cuales la respiración toma un papel muy relevante.
La respiración es una función orgánica clave. Controlarla
puede ayudarte en muy poco tiempo a cambiar tu enfoque de cualquier situación.
Detenerse para hacer tres respiraciones profundas y conscientes, pueden
servirte para bajar tu nivel de tensión, parar tus pensamientos y controlar tus
emociones. Practica evocaciones mentales de imágenes o frases positivas que te
centren y sirvan de interruptor de cambio.
Pon en marcha técnicas de relajación. Todas se inician con un
mismo protocolo. La respiración profunda, el control de los puntos de tensión.
¿Te has dado cuenta como aprietas la mandíbula y como tensas tu cuerpo cuando
estas bajo estrés y ansiedad?
Aprende a relajar la lengua a soltar mandíbula y a abrir poco
a poco los puños encerrados, producto de tu nivel de alerta.
Para gestionar el
estrés y la ansiedad en el trabajo, debes reflexionar y señalar las
vivencias, personas y situaciones que te hacen sentir mal. Que efecto te
provocan y que puede cambiar en tu forma de percibir esos detonantes de estrés,
para mitigarlos.
¿Cómo reducir el estrés y la ansiedad fuera del entorno
laboral? Además de todo esto, tu estrategia en el día a día, debe estar
fundamentada en un adecuado descanso. ¿Te robas horas de sueño? ¿Cómo te
alimentas? ¿Haces deporte? ¿Organizas tu tiempo? ¿Sabes en cada momento que es
lo importante y que es lo urgente?
Ve cambiando poco a poco pequeñas cosas. Verás que todo esto
te ayuda en la gestión de tu estrés y
que sin darte cuenta vas cambiando la forma en que tu mente y tu cuerpo
perciben y responden al entorno.
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La respuesta es mucho más sencilla. Si tu trabajo te produce estrés, déjalo. Si aún así sigues teniendo estrés, prescinde de cosas materiales. Su mantenimiento lleva tiempo y dinero, ambos escasos.
ResponderEliminarHombre... un poco extremo ¿no? Cuando uno entra en una fase de estres agudo y ansiedad, sufre bajo cualquier situación que le generen los mismos estímulos de presión y angustia. Da igual el trabajo. Lo que hay es un problema de adaptación a la situación que se vive en el trabajao que se tiene.
EliminarEs decir, que si no se trata el estres laboral, puede llegar a ser incapacitante. La gente usa con bastante alegría los términos ansiedad y estrés, cuando en realidad se refiere a situaciones puntuales de agobio o nerviosismo. Pero para quien lo padece de verdad no es ninguna broma.
Y el problema es que, si no se pone remedio y quien lo padece no toma conciencia de que tiene un problema, además de secuelas en la salud, luego le puede repercutir en otros ámbitos de su vida.
No sabemos el daño que podemos hacernos a nosotros mismos con los pensamientos negativos y las distorsiones de la mente.
Así que menos bromas.
Un saludo.
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