Si me preguntasen cuando se creó Youtube, Facebook o LinkedIn no sabría fijar una fecha. Tampoco sé cuándo, cómo, ni porque empecé a utilizarlos, pero la realidad es que se han introducido en mi vida cotidiana casi sin darme cuenta.
Nacieron en internet, como Twitter, tuenti, Skype o myspace. Pero por una razón u otra y mas tarde o más temprano terminé subiéndome a una ola a la que antes que yo ya se había subido mucha gente. Quizá por ese motivo formo parte de ese gran grupo de usuarios, para no perder el contacto con la gente, con mi gente y con otra gente. Porque las formas de comunicarse, relacionarse y compartir información están cambiando. Y cambian mucho antes de que nos demos cuenta de ello. De hecho no sabría establecer una frontera entre las puntocom y la era de las web 2.0. Ni tampoco podría predecir el final de estas y el comienzo de una nueva era, la ¿web 3.0?, quien sabe.
Pero lo que si que se sabe es que de estas nuevas ideas se genera valor. El problema es determinar cuanto valor. Y quizá por este camino tal vez uno pueda imaginar cuando está en el inicio, el tránsito o el final de un ciclo. No digo acertar pero si aproximar.
Si a Marck Zuckerberg le hubiesen pedido poner un precio a su idea cuando estudiaba en la universidad de Harvard probablemente contestaría que no estaba en venta, pero quizá tampoco alcanzaría a imaginaría el precio que Microsoft pagó en octubre de 2007 por un 1,6% de facebook. La friolera de 240 millones de dólares desembolsada por Microsoft, valoraba Facebook en 15.000 millones de dólares.
Me ha hecho mucha gracia leer noticias desde que comenzó el año, que especulaban sobre la valoración de la famosa red social y ver como ha ido creciendo sin apenas existir cambios sustanciales en Facebook que lo justifiquen. Cualquiera que indague un poco, encontrará artículos que en enero de 2011 cifraban el valor de la compañía en 19.000 millones de dólares, ya en marzo 50.000, 65.000 en abril y las más recientes en 100.000 millones. Lo que me hace recordar que las cosas valen lo que la gente esté dispuesta a pagar por ellas.
Me ha hecho mucha gracia leer noticias desde que comenzó el año, que especulaban sobre la valoración de la famosa red social y ver como ha ido creciendo sin apenas existir cambios sustanciales en Facebook que lo justifiquen. Cualquiera que indague un poco, encontrará artículos que en enero de 2011 cifraban el valor de la compañía en 19.000 millones de dólares, ya en marzo 50.000, 65.000 en abril y las más recientes en 100.000 millones. Lo que me hace recordar que las cosas valen lo que la gente esté dispuesta a pagar por ellas.
La única manera de despejar esa duda es ponerse en venta. Y que mejor forma que saliendo a bolsa, el mercado de los mercados. Cierto es que algo debe de haber influido en las valoraciones de este tipo de negocios los espectaculares estrenos de LinkedIn y Yandex, que se anotaron un 109% y un 55% el día de su estreno respectivamente. Un camino que va a ser seguido próximamente por Zynga (Creador de farmville y mafia wars para Facebook) y del que ya se habla que seguirán Twitter y Facebook en 2012 o incluso antes.
Lo curioso es que nadie sabe con detalle que potencial tienen esta empresas, que beneficios y de que forma los van a conseguir, ni tan siquiera si estos podrán ser sostenibles. De hecho ni los propios creadores de los engendros de la web 2.0 saben cómo van a hacer dinero con lo que tienen. Tráfico, contenidos, publicidad y ventas son los ingredientes.
Pero dá igual, la demanda es altísima y los estrenos como el de LinkedIn, que ha sido la cuarta salida a bolsa mas rentable desde el año 2001 (el record lo tiene baidu.com, un 354%) añaden más interés aun.
Quiero pensar que no será igual que en la burbuja de las puntocom, pero por el momento comienzan a verse parecidos razonables. Muchos dicen que no se puede comparar, que entonces había una sobrevaloración irracional, sólo humo y que ahora no, que es diferente. Sin embargo en el sector tecnológico se producen cambios arrolladores, y tan pronto se está en la cima como ya todo ha pasado. Y sino que se lo digan a myspace.
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