Paseo por muchos barrios de mi ciudad y sólo veo locales
vacíos con el cartel de se vende o se alquila. Los comercios tradicionales están
muriendo lentamente. Y la vida en las calles comerciales desaparece delante de
nuestros ojos casi sin darnos cuenta.
Resulta curioso que en un país donde hemos dado un gran salto
tecnológico, desplegando la red de fibra más grande de Europa, sólo un 15% de
los comercios tradicionales y autónomos, tiene presencia en internet con una
página web y una tienda online.
Se suele culpar a las grandes superficies y a los grandes
conglomerados industriales, de estar acabando con el pequeño comercio. Pero
sinceramente, en una economía como la nuestra, donde el 95% de las empresas,
son compañías con menos de 10 trabajadores, me cuesta creer que esto sea así.
Estamos viendo, quizá no a la velocidad deseada, como la
empresa y la propia administración avanza en la trasformación digital. Se están dando pasos hacia un viaje
inexorable que lo cambiará todo en unos pocos años. Pero las pymes y los
autónomos no pueden quedarse atrás.
La digitalización en
las pymes no es una
opción a valorar, es el camino para sobrevivir. Una de las grandes ventajas de
la transformación digital es la reducción de costes y la mejora de la
eficiencia. Hacer más con menos recursos y en el menor tiempo posible.
Pero para la mayoría es un proceso más complejo que requiere
algunos cambios más profundos que el mero hecho de invertir en servicios tecnológicos. Hay que entender cómo ha
cambiado el comportamiento del consumidor. Y como se están rompiendo las pautas
tradicionales del cliente.
Hoy día es más fácil y rápido comprar y devolver unas zapatillas
por internet, que hacerlo en tienda física. Además el consumidor ha cambiado su
proceso en la toma de decisión. Busca y se informa en internet sobre cualquier
producto y servicio. Se acerca a establecimiento físico si necesita probar,
contrastar o tocar. Y después decide realizar la compra a través del canal más
barato.
La Pyme y el autónomo, necesita sumar valor añadido de alguna
otra forma y estas obligado a estar accesible al cliente no sólo desde su
oficina o su tienda. Pero también tiene que ser capaz de transformar digitalmente la mayoría de sus procesos internos, si
quiere seguir siendo competitivo.
Las nuevas empresas, nativas tecnológicas y las nacidas en la
era del internet de las cosas, tal vez lo tengan más fácil. Pero el resto está
obligado a digitalizarse para cambiar el escenario de relación con el cliente y
ser más productivo.
Si tienes un negocio, da igual de la índole que sea, tu reto
es implementar el cambio en tu estructura con el menor trauma posible. Cuanto más
analógico sea tu negocio mayor es el riesgo de terminar echando el cierre en la
próxima década.
Es difícil porque tendrás que emplear parte de tu tiempo en
cambiar la forma en que trabajas. Lo ideal es que en lugar de ir incorporando
cambios sin un criterio global, delegases esta tarea en alguna empresa
especializada. Si echas un vistazo a los servicios IT
que ofrece ICM, tu empresa cubrirá todas las necesidades tecnológicas de forma
integrada.
Si te parece una tarea difícil, sólo tienes que echarte un
socio tecnológico que te vaya acompañando en todo el proceso de digitalización. Quienes llevan dando servicio a muchas
pymes y autónomos solucionando este problema, saben que necesidades IT puede
tener tu negocio.
Pero es algo que abarca todos los aspectos. La mayoría de las
personas sólo se preocupan de poder vende en internet. Pero el e-commerce o la
presencia online, no es lo único que tienes que cambiar.
La transformación
digital implica usar mucho menos papel. De trabajar almacenando y
compartiendo información en la nube. Se acabaron esos armarios llenos de
archivadores acumulando polvo. Lo que también te obligará a gestionar la
seguridad informática de tus archivos y datos, con una protección y un
respaldo.
La transformación
digital en definitiva es cambiar la forma en la que se trabaja.
Deslocalizando la actividad de la tienda o la oficina y llevándola a una serie
de dispositivos y personas conectados en cualquier parte. Prácticamente ningún
sector puede quedarse en una implantación TIC básica. Una conexión de red
rápida y un buen servicio de comunicaciones, es simplemente un mínimo a partir
del cual empezar a trabajar.
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